viernes, 17 de abril de 2009

¡El secreto está en la luna!



El Mesías murió en la Pascua, precisamente en la mitad del mes lunar hebreo, durante la luna llena. La luna llena no era una ocasión de miedo para los hebreos. Era algo bonito porque nos habla de plenitud. El Mesías muere en el preciso momento del mes donde había plenitud. Él cumplió todas las cosas. Llenó el vacío. Lo hizo todo completo, especialmente para nosotros los que le hemos aceptado. Él nos ha dado el poder para ser llenos. ¿Pero cómo?

¡El secreto está en la luna! ¿Cómo fue que era luna llena cuando murió el Mesías? La luna no hizo nada, simplemente reflejó la luz del sol. ¿Cómo conseguimos nosotros la plenitud? No es tratando de ser algo más que lo que somos o queriendo crecer y mejorar. Lo logramos, sencillamente, dejando que la luz de Dios se refleje en nosotros, que nos ilumine por completo, cubriendo así y tocando cada parte de nuestra vida, de nuestras emociones, nuestros secretos, nuestros talentos, nuestros sueños - que todo refleje Su luz. Porque tal como la luna, usted ha sido creado para reflejar Su gloria. Y a medida que su vida refleja más y más Su gloria y Su amor, usted logrará que su vida sea llena. Como está escrito: “Nosotros con el rostro cubierto, miramos como en un espejo la gloria de Dios y nos vamos transformando en Su misma imagen de gloria en gloria, en el Señor.”

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