lunes, 9 de julio de 2012

Ora... ora... ora... ora...

La única forma de aprender a descansar en Dios, es en medio de las tormentas de la vida; es cuando todo a tú alrededor se derrumba y no tienes ninguna solución humana favorable. Es en estos momentos cuando Dios te está enseñando a descansar en él, independientemente a como se presente el panorama amenazante, peligroso, desolador y confuso. Entiende algo hoy: La situación tormentosa que vives ahora, es para que aprendas a descansar en el poder y en la soberanía de Dios. Toma para ti, el consejo que el apóstol Pablo le escribe a los filipenses: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7 No tomes acciones desesperadas porque más te hundirán. ¡Mucho cuidado! Ya viste que esta situación que te envuelve, sobrepasa todas las expectativas de soluciones posibles; de ahí la recomendación de dejar tu caso en las manos de Dios. El sabe que es lo hará con tu caso específico, aunque tengas ahora, cero recursos a tu alcance. Por eso... Ora... ora... ora... ora... Presenta al Señor tus peticiones por muy difíciles e imposibles que sean. El sabe QUE hará y COMO procederá. Dale las gracias anticipadas por la obra portentosa que hará. Decláralo por fe. Abandónate bajo su poder y soberanía. Que su PAZ que sobrepasa todo entendimiento, sea la que te inunde por completo aunque todo esté mal. Dios quiere que llegues a ese punto tal, en que no dependas de las circunstancias ni de ningún otro recurso, sino de él solamente. ¿Qué sucede cuando la paz que sobrepasa todo entendimiento te gobierna? Alabas a Dios desde lo más profundo de tu ser, porque tienes la certeza que independientemente a como estén las cosas, todo está bajo su control soberano. Sabes que algo hará... Alabas a Dios porque sabes que no serás víctima de las estrategias y acciones de destrucción que tus oponentes tengan en tu contra. Alabas a Dios porque sabes que te hará justicia. Alabas a Dios porque confías que él será tu refugio seguro en los tiempos de angustia. Alabas a Dios porque tu vida será evidencia pública de lo que es capaz de hacer... Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Oh Altísimo. Salmo 9:1-2

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