domingo, 8 de abril de 2012

VIVAMOS EN LOS PROPOSITOS DE DIOS.



Nuestra permanencia en el mundo no es un hecho accidental, sino que obedece a propósitos eternos que Dios estableció de manera especial para con cada uno de nosotros.
Veamos lo que Dios le revela al profeta Jeremías:

Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Jeremías 1:5

Aun desde antes de ser concebidos en el vientre de nuestras madres, Dios ya había preparado el tiempo y el lugar en donde habríamos de desenvolvernos; y es precisamente por eso que tu estás ahí, en ese lugar.

Qué triste y frustrante sería que llegáramos al final de nuestros días sobre la tierra, y no haber vivido para el propósito para el cual Dios nos trajo al mundo. No olvidemos que eso depende de nuestra decisión personal.

Tú eres libre para vivir de acuerdo a los propósitos de Dios, o para vivir de acuerdo a los tuyos.

Que esta reflexión sirva para encarrilarte y afianzarte en los propósitos que Dios desde toda la eternidad ha preparado para ti.

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