En repetidas ocasiones a lo largo de toda tu historia personal, has comprobado como Dios te ha librado de peligros inminentes o situaciones de las que no podías salir. Fue precisamente en el momento justo y preciso cuando intervino de manera repentina. Todo esto ha sido una clara muestra de cómo él, está siempre pendiente de cada paso que das.
Así que no tengas miedo.
Estás en el lugar y en el tiempo correcto.
Entiende que ninguna amenaza en tu contra se concretará, aunque la veas venir con toda su fuerza.
Dios es quien pelea a tu favor.
Dios te tiene allí, precisamente en ese lugar inseguro y peligroso, para que sigas mostrando su luz.
Ahora mismo te da esta palabra:
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Isaías 43:2
Sigue avanzando, sin detenerte, haciendo lo que Dios te ha mostrado; y verás como a medida que lo hagas te irá abriendo caminos por donde no los hay.