Has estado orando “infructuosamente” a Dios para que te saque de “esa situación” tan agotadora y estresante; pero tal parece que todo sigue igual, todo permanece “fuera de lugar” y convertido en un caos desolador e irreversible.

¡Una verdadera pesadilla de la que anhelas despertar ahora!

Humanamente hablando, no hay más que hacer.   

Las lágrimas han inundado tu almohada durante oscuras e interminables noches, pero ya no hay perspectivas favorables. (Tú sabes de qué se trata.)

Le has creído a Dios, has dado los pasos de fe necesarios y continúas orando insistentemente.

Pero entonces,

¿Qué sucede?

¿Qué pasa?

Estás en medio de un proceso formativo en el que Dios te está enseñando a fortalecer tu fe, te está enseñando a esperar en él aunque el tiempo haya transcurrido más allá de sus límites, te está enseñando a gozarte en él independientemente a toda circunstancia.

Jesucristo dijo:
“Yo he venido para que tengan VIDA;
y la tengan en abundancia”. Juan 10:10
Ante todo, la vida abundante que Jesucristo ofrece, es la herencia eterna que obtenemos como hijos de Dios.
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. Romanos 8:16-17
La vida abundante que Jesucristo ofrece, es una vida rebosante en el Espíritu reflejada por sus frutos espontáneos.
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”. Gálatas 5:22-23
La VIDA abundante que Cristo ofrece, es independiente de las buenas circunstancias, se adapta y refleja aun en los peores momentos; no viene desde afuera hacia adentro, sino desde adentro hacia afuera.
“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. Hechos 14:22
¿COMO OBTENER LA VIDA ABUNDANTE?
Reconociendo que Jesucristo pagó por nuestros pecados en la cruz.
Pidiéndole perdón a Dios con el firme propósito de no volver atrás.
Pidiéndole a Dios que tome los “muros caídos” de nuestras vidas para que sean restaurados por su Gracia y su Poder.
Fortaleciendo cada día nuestra vida espiritual mediante la reflexión de la Palabra de Dios y de la oración.

Pastor Manuel Rodriguez

Siempre que nos dispongamos a leer la Palabra de Dios, pidámosle en oración que nos dé la capacidad para digerirla y aplicarla a nuestro diario vivir.

AL DIGERIR LA PALABRA DE DIOS.

Nuestra vida, en todas sus áreas es transformada por su acción sobrenatural.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” Heb. 4:12

Su acción viva y eficaz hace que nuestra razón adquiera convicciones permanentes en su contenido,

No hay ninguna palabra registrada en la Biblia que esté fuera de orden y control. Todo su contenido fue revelado tal y como Dios quiso que se conociera, fue él quien “puso” cuidadosamente todas sus palabras en la mente y en la voluntad de los escritores escogidos para tal propósito.

¡Dios no miente ni se equivoca!

Por lo tanto, tenemos la plena certeza de que sus palabras son fieles y verdaderas.

El apóstol Juan testificó de ellas.

“Estas palabras son fieles y verdaderas”. Apocalipsis 22:6

Es vital que al reflexionar en la Palabra de Dios la asimilemos con la asistencia iluminadora del Espíritu Santo.

Al respecto el Salmo 119 dice.

“La exposición de tus palabras alumbra,

hace entender a los simples”. Salmo 119:130.

Necesitamos de su acción sobrenatural para que sus consejos y enseñanzas produzcan CONVICCIONES PERMANENTES sobre nuestros razonamientos lógicos y que nos impulsen a proceder con espontaneidad ante cada circunstancia que enfrentemos. (Tentaciones, pruebas o peligros)

Al poseer CONVICCIONES PERMANENTES en la Palabra de Dios, mantendremos una FE BLINDADA contra todo agente externo que pretenda deteriorarla con sus argumentos “convincentes”.

Hablar sobre la Realidad Activa de Dios, es hablar de su Poder y Soberanía en medio de toda circunstancia; es hablar de su cobertura dirigida a favor nuestro.

Nada se debe a la suerte, ni a las fuerzas ciegas del destino.

¡Tengámoslo claro!

“El que habita al abrigo del Altísimo

Morará bajo la sombra del Omnipotente”

Salmo 91:1

Los hijos de Dios tenemos la certeza plena de que nada se sale del control y dominio de nuestro Padre Celestial; creemos con seguridad de que todos nuestros acontecimientos en particular, van dirigidos al cumplimiento de sus propósitos eternos.

Tener la certeza de que  nuestra vida permanece inmersa dentro de la Realidad Activa de Dios, nos da paz y seguridad en medio de las feroces tormentas, las oscuras noches y los áridos desiertos. Así lo ha prometido...

“He aquí yo estoy con vosotros todos los días,

hasta el fin del mundo”

Mateo 28:20

Todos los cristianos somos enviados por Dios al mundo para que difundamos sus palabras hacia todos sus rincones; es nuestro deber llamar al arrepentimiento, presentar a Jesucristo como el único medio de salvación  y advertir con “biblia en mano” sobre los juicios que vendrán como consecuencia de la maldad.

Es lamentable que “todo mundo” haga “oídos sordos” a las advertencias divinas; pero aun así, hemos de perseverar en la misión encomendada, aunque nuestra voz “no tenga eco”.