sábado, 24 de octubre de 2009

"Las diferentes etapas del ministerio del pastor"



Un conocido líder apostólico tenía una frase que usaba con mucha frecuencia. El decía: la vida nos da plaza y nos desplaza. He tratado de interpretar lo que él quería decir.
El pastorado nos da plaza y nos desplaza. Lo que el trataba de decir era que el trabajo pastoral tiene su principio y también su fin.
De la misma manera en que la naturaleza se mueve alrededor de cuatro etapas: primavera, verano, otoño e invierno, también la carrera del pastor atraviesa por diferentes fases. las diferentes etapas del ministerio del pastor.
1. La primavera del pastorado
2. El verano del pastorado
3. El otoño del pastorado
4. El invierno del pastorado

I. LA PRIMAVERA DEL PASTORADO
A. Comienza cuando el pastor es llamado a ocuparse de una iglesia. Así como la creación se pinta de verde en esta estación. El pastor principiante está aún verde pero muy entusiasmado.
B. El pastor novato aporta mucha energía pero poca experiencia. Trata de compensar su noviciado complaciendo a todo mundo.

II. EL VERANO DEL PASTORADO
A. Las altas temperaturas del verano tienden a derretir las cosas. Como que el entusiasmo del llamamiento al pastorado comienza a derretirse por causa del clima.
B. Todo esto sucede en los primeros cinco años del pastorado. Las desilusiones y decepciones del trabajo, le ayudan a desarrollar habilidades para relacionarse con la gente y para su propio crecimiento espiritua.

III. EL OTOÑO DEL PASTORADO
A. Por haber resistido a los embates de las estaciones anteriores, el pastor llega a esta etapa con más seguridad de si mismo.
B. La etapa del otoño es vital para el futuro del pastor. Comienza a pensar en que ya se encuentra cerca del retiro y tiene que prepararse por que el término de su carrera está ya a la vuelta de la esquina.

IV. EL INVIERNO DEL PASTORADO
A. Quizá llegó a esta estación con sesenta o más años a cuestas. Aquí sucede lo contrario de la primera etapa, ya no tiene la energía pero tiene la experiencia.
B. Hay tiempo para todo dijo el sabio Salomón. Hay tiempo para dar comienzo a la carrera y hay tiempo para llegar a la meta. Bienaventurado el pastor que como Pablo pueda decir al retirarse del pastorado: Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mi mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús (Hec. 20:24)

"El comienzo de la carrera pastoral es muy emocionante, pero todos sabemos que lo que importa no es comenzar una carrera. Lo más importante es terminar y terminar bien. Déjese llevar por Dios en todo la ruta del pastorado. Cruce las diferentes etapas, no desmaye y termine bien".

PASTOR MANUEL RODRIGUEZ G

domingo, 18 de octubre de 2009

"SUEÑA"



Al llegar a este mundo, traemos los ojos llenos de simplicidad y de una alegría ingenua, contagiante...
En esa época de la infancia, despreocupada y ligera, ¡cuantos sueños traemos! La imaginación corre libre. No hay límites para la mente fértil. Todo es posible.
Pero crecemos. Y la vida se va encargando de borrar un poco del brillo de nuestros ojos.
Escuchamos tantas veces la palabra “no” que poco a poco, nos vamos revistiendo de un temor exagerado. Pasamos a tener miedo de soñar, ir más allá, de transpasar hasta los mas pequeños límites.
Despacio, muy lentamente, pasamos a poner cada vez más frenos al alma, a ejercer autocensura, a matar la imaginación.
Antes de soñar, reprendemos a nosotros mismos: “¡Ah, eso no es posible!” O “Eso no terminará bien.” Y no nos permitimos imaginar algo nuevo y osado.
Pero, pensemos, ¿vale la pena vivir de manera tan metódica? ¿Con cada paso contado? ¿Con los sueños reprimidos?
La respuesta es no. No vale la pena fustrar los sueños, que pueden ser el puente para una vida más feliz y plena.
Un soñador es alguien que no se acomoda. Está siempre buscando algo de bueno, de nuevo, de diferente.Es un luchador.
Observe que no estamos hablando de personas rebeldes, de aquellas que desean nada más que romper las reglas como manera de provocación.
Hablamos de personas que aspiran a vivir en un mundo más justo, bendito por gestos de fraternidad y lleno de ética, alegría y paz.
Te acuerdas cuando John Lennon cantó que era un soñador, ¿pero que no era el único?
En la canción “Imagine”, él imaginaba un planeta libre de prejuicios religiosos, sin que las fronteras de los países impidiesen los hombres de ser hermanos.
Bueno. Lo que Lennon quería era que más soñadores se juntasen a él, para que el Mundo fuera uno, mucho más unido, más solidario y amoroso.
¿Vamos aceptar a esa invitación?
Sí, porque aceptar a esa llamada de hermandad es también aceptar el mensaje de grandes líderes religiosos, de filósofos, de hombres de bien.
Recordemos que la Humanidad camina porque hay quien sueña. Inventores, científicos, sacerdotes, pensadores en general son grandes soñadores.
Gandhi soñó que la independencia de la India sería conquistada sin violencia. Y consiguió doblar el poderoso imperio británico, sin poner las manos en armas. Nada más que gestos de amor, con seriedad y con unas ganas férreas.
Son hombres como ese los verdaderos soñadores. No esperan sentados. No se dejan abatir. No permiten que el pesimismo ajeno los contamine.
Los Soñadores mueven el Mundo, a partir de ideales que ellos transforman en realidad. Los suyos son sueños de bienestar, de fraternidad, de gestos amorosos.
Permítete, tú también soñar con cosas bellas, buscar cambios positivos. Toca las estrellas con la punta de los dedos. Sueña.
Sueña, sí. Todos los días, todas las horas. Porque Dios te Respondera
PASTOR:MANUEL RODRIGUEZ G

lunes, 12 de octubre de 2009



Hay un misterio en la cosecha de Israel. La cosecha de fin del año hebreo nos habla de la cosecha del fin del mundo. La cosecha del otoño habla del fin. ¿Cuáles son esas cosechas? Bueno, está la cosecha de la uva, cuando se prensan las uvas y es un símbolo del juicio final. Está la cosecha de los higos (a Israel se le llama la higuera) al final y corresponde a la salvación de Israel. Hay otra cosecha importante para el fin de los tiempos y esa es la cosecha de aceitunas. En el libro de Romanos dice que si usted pertenece a la Iglesia, usted ha usted ha sido injertado en el olivo, el olivo de Israel. Al final del año es la última cosecha de las aceitunas. Esto significa que al final de los tiempos, habrá una inmensa cosecha de la Iglesia como perteneciente al pueblo de Israel. La iglesia regresa a sus raíces, los creyentes regresan y vuelven a sus raíces en el Señor y la salvación se extiende por toda la tierra, así como sucedió al comienzo. Usted sabe que la Iglesia y todo el que es nacido de nuevo es un hijo de Dios. Usted es un sacerdote real, un ciudadano de Israel. Así que entre en las raíces del olivo - usted pertenece al olivo de Israel - porque es el tiempo del fin, ahora, es el tiempo de la cosecha de aceitunas.

sábado, 3 de octubre de 2009

"Cómo son tus ojos Señor"



Quiero ver tu rostro radiante y apacible y ver como son tus ojos Dios. Pero sé que sólo puedo verlos si me olvido por un instante de mis circunstancias adversas y si no escucho las voces ocultas en las sombras de mi corazón. Veo tus ojos entonces con una dulzura permanente en mí... siempre estás ahí, no desapareces. A veces creo que te has ido y es que estoy mirando con ira todo y a todos los que me producen dolor. Pero basta un instante y tu espíritu me hace recordar: que tú estas tan cerca para ver, cómo son tus ojos Señor.
PASTOR :MANUEL RODRIGUEZ G