Todos los seres humanos tenemos momentos difíciles en la vida, es parte de ella, la pregunta no es porque sucede sino como vamos a enfrentar esa situación de la mejor manera, como nosotros y nosotras que reconocemos el poderío de Dios tenemos que tomar esas circunstancias que se nos presentan; he aquí una situación vivida por Jesús, la más crucial que pasó aquí en la tierra, estando en uno de sus lugares favoritos para encontrarse con el Padre, el Getsemaní que significa “prensa de aceite” es decir donde se exprimían el aceite de los olivos un aceite muy importante para la alimentación de las personas de aquellos tiempos de múltiples usos; un huerto que es parte del Monte de los Olivos, la escritura nos dice que Jesús pasó bastante tiempo en este lugar “ pero salía a pasar la noche en el monte llamado de los Olivos” Lucas 21:37b , (Judas) “Conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos” Juan 18:2b.
El evangelio de Marcos cita: “Fueron a un lugar llamado Getsemaní, Marcos 14:32, Lucas enfatiza al referirse a ese momento “como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos” Lucas 22:39, definidamente era un lugar especial para Jesús, para tener un encuentro con el Padre, unas veces enseñaba en otras estaba solo, pero ese era su lugar especial no importando las circunstancias de su alrededor para tener relación con Dios.
“Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora. Decía Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tu” Marcos 14:35-36 , Jesús abriendo su corazón delante de la presencia de Dios, pidiendo que esa prueba, esa circunstancia fuera cambiada que no tuviera que vivirla y como siempre se refirió a Dios como su Padre, su papito declarando el poder de Dios por sobre todas las cosas pero también sabiendo que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros y que lo más importante era que se hiciera la voluntad de Dios que la de él, esa es la oración de Jesús. Ante tal angustia como reaccionamos nosotros con los problemas.
¿cuál es nuestra oración¿.
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