Mas de alguna vez has comprobado que Dios gobierna cada uno de tus acontecimientos, aun aquellos que no están relacionados directamente contigo.
¿Recuerdas cuando oraste por aquella necesidad urgente?
Pudiste comprobar que aun antes que oraras, Dios ya había sincronizado situaciones previas que contribuyeron a favorecerte...
¿Coincidencia?
Desde luego que no...!
Es el poder y la soberanía de Dios obrando en tu vida...
No se trató de un golpe de suerte...
Tu sabes muy bien que Dios es capaz de hacer posible lo imposible...
También sabes que es capaz de mover circunstancias inusuales, precisas y repentinas para favorecerte.
Has entendido que su poder y soberanía jamás han disminuido.
Es el Dios que no tiene parámetro de comparación por ser el creador y sustentador del universo...
Es el Dios incomparable...
Me gusta mucho lo que dice el Salmo 102 al respecto:
Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos.
Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados;
Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.
Salmo 102:25-27
Este mismo Dios eterno, poderoso y soberano es el que está ahora envolviéndote con su presencia...
Justamente ahora.
Te lo repito:
JUSTAMENTE AHORA.
Es tu Padre que está consciente de todas tus necesidades...
Es tu Padre que está dispuesto a solucionarte ese problema que no se puede resolver, así como lo hizo la vez pasada.
¿Qué te corresponde hacer?
Ora creyéndole a Dios...
Abandónate bajo su poder y soberanía sin temer...
No propicies situaciones de desobediencia que atrasen tu milagro...
No pierdas la noción de su cercanía en todo momento y lugar...
Así como la vez pasada, nada ni nadie podrá estorbar lo que Dios haga a tu favor.
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