Enfócate en la prioridad que Dios te ha asignado.
Las diversas exigencias que se te han presentado recientemente han propiciado que tal prioridad haya pasado a un segundo plano. No permitas que hagan perder el objetivo que Dios te demandó y que te trazaste desde un principio. Es necesario que vuelvas a tomarlo, no sea que todo lo logrado se eche a perder.
De nada sirve que logres alcanzar lo demás, si todo esto no gira en torno al objetivo principal. No tendría sentido...
Es necesario que hagas una escala de tus prioridades.
Cuando pones en primer lugar lo que Dios te ha demandado, entonces las demás cosas te saldrán bien. Tendrás el tiempo y los recursos suficientes para suplir el resto.
Se responsable en las diversas exigencias de la vida, pero sobretodo que predomine la prioridad que te Dios te ha encomendado.
No lo olvides:
No sea todo que lo logrado se eche a perder.
Aun hay tiempo de recuperar lo que está a punto de perderse...
Amen.........
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