Definitivamente no tienes a quien más esperar, cuando ya comprobaste que todo te falló.
En estos momentos de congoja e incertidumbre extrema por lo que amenaza acontecerte en los próximos días, es cuando debes de poner toda tu esperanza en Dios.
Es ahora cuando debes de esperar en el Dios de lo imposible, sin poner la mirada en lo aparente.
Tu esperanza debe estar fundamentada en la convicción que Dios hará algo inesperado y oportuno.
Se trata de una solución que humanamente hablando es imposible de resolver. ¡No se puede! Aquí solamente cabe el poder sobrenatural de Dios, quien puede hacer todas las cosas. “Y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. Efesios 3:20.
Ahora que navegas en “el mar de lo imposible”, solamente te queda esperar en Dios.
Espérate...
Dios, dará la orden para que “de la nada” tu problema imposible se resuelva, aunque todo sea demasiado tarde. Así es, demasiado tarde. Dará la orden para poner en tu camino a las personas indicadas.
Espera en la promesas de Dios aunque el tiempo haya pasado. El es fiel y no te defraudará. No te desanimes...
Es necesario que creas en esperanza contra esperanza como lo hizo Abraham. “Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia”. Romanos 4:18. Abraham no tenía nada a su favor, pero le creyó a Dios. Créele a Dios aunque ahora mismo no veas nada favorable, ten la certeza que te proveerá oportunamente todo cuanto necesites.
Tu rutina será interrumpida por el poder sobrenatural de Dios. De repente, todo cambiará a tu favor. ¿Qué sucederá?... ¿Cómo será?... no se sabe, solamente es que así será.
Estos acontecimientos de prueba intensa, son “el crisol” en donde Dios está consumiendo tu incredulidad. Es doloroso pero necesario, recuerda que el fuego duele. Al respecto el apóstol Santiago escribe: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe, produce paciencia” Santiago 1:2-3. Es precisamente ahora cuando la “paz a prueba de balas” debe gobernar tu interior, aunque no entiendas porque te es necesario pasar por todas estas circunstancias, que en definitiva exceden toda lógica.
De verdad, no entiendes porque ese problema ya debería de haberse resuelto desde hace mucho tiempo; no entiendes porque no tienes a tu disposición los medios oportunos para solucionarlo. No entiendes porque Dios permite todo esto, cuando son necesidades básicas las que debes suplir.
¡No lo entiendes!
Si Dios te ama, ¿por qué te permite pasar por tan grandes aprietos?
Ahora no entiendes nada, pues estás en el proceso que te está llevando a la madurez. Acuérdate de las palabras que el apóstol Pedro escribe en su carta: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo si es necesario, tengáis que ser afligidos por diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso”. 1 Pedro 1: 6-8.
Dios es soberano y sabe cómo lleva a cabo en ti ese proceso hacia tu madurez espiritual; hay aun muchas cosas “mínimas” que deben ser consumidas.
No lo entiendes, pero es necesario que todas tus seguridades terrenales sean quebrantadas y consumidas.
Acepta todo lo que Dios permita.
Sea cual sea su método, su amor incondicional te envuelve siempre...
Todo lo que te está sucediendo ahora en medio de este terrible y árido desierto, tiene propósito, aunque no entiendas nada; tiene propósito, aunque los “gigantes” te acosen para destruirte...
Todo es parte de tu proceso formativo. Aplica para ti el siguiente texto bíblico: “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo... y formador tuyo... no temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Isaías 43:1-2.
Dios te sustenta y te cuida.
Siempre te ha dado todo lo necesario, aun en medio de la escasez y te ha protegido en medio de toda amenaza.
Aun en medio del “desierto”, Dios siempre te sustentará...
Aun en medio de la “tempestad”, Dios siempre te protegerá...
Acepta todo lo que Dios permita.
Ved ahora que yo, YO SOY
Y no hay dioses conmigo.
Yo hago morir, y yo hago vivir.
Yo hiero, y yo sano.
Y no hay quien pueda librar de mi mano.
Deuteronomio 32:39
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