viernes, 15 de agosto de 2014

SEQUIA



"Por esta causa las aguas han sido detenidas,y faltó la lluvia tardía"  (Jeremías 3:3) 

Cuando hablamos de sequía nos referimos a una anomalía transitoria en que la disponibilidad de agua se sitúa por debajo de los requerimientos estadísticos de un área geográfica dada. (Esto es en el aspecto de la naturaleza).
En el área espiritual esta situación o estado es también pasajera y se manifiesta de la siguiente manera:
Hay una apatía y cierta insensibilidad a las cosas de Dios, es decir, la indiferencia toca el corazón y se comienza a decir: .- "allí está fulano, que él lo haga" comienza un alejamiento del lugar donde Dios te puso para que funcionarás.
La oración pierde el fervor, se vuelve rutinaria y sientes que no pasa del techo de la casa y entonces llega la frustración, el desgano, el cansancio para comunicarte con Dios.
La sequía espiritual se combate cuando tomamos la determinación de saturarnos del AGUA VIVA y REVITALIZADORA
de la Palabra de Dios. Su acción sobrenatural llega hasta los rincones más profundos de nuestro ser.
“Porque la Palabra de Dios es VIVA y EFICAZ, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Hebreos 4:12.
Cuando reflexionamos en la Palabra de Dios, su acción produce en nosotros lo siguiente:
CONVICCIÓN SOBRENATURAL  en todo su contenido. 
SABIDURÍA para proceder en medio de toda circunstancia.
COMPASIÓN ante las diversas necesidades de los demás.
VALOR para enfrentar todo tipo de oposición que se nos presente por mantenernos fieles a sus lineamientos.
La acción de la Palabra de Dios llega hasta la raíz más seca y profunda de nuestro ser.
Es entonces cuando llegamos a comprender que Dios mismo es quien toma la iniciativa para comunicarse con nosotros al darnos palabras que necesitamos para el momento oportuno. (Soy testigo de ello)

Llegamos a sentir la necesidad de no dejarlo “hablar solo”, sino de hablarle nosotros también por medio de la adoración, la alabanza y la oración espontánea.

LOS PASTORES MANUEL Y MARINA 

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