Cada día compruebo que las “casualidades” no existen.
Con el correr de los años, he entendido que todo lo que nos acontece forma
parte de un sabio propósito de parte de Dios.
Cuando pones en las manos de Dios toda tu historia
personal, él mismo se encarga de tomar las riendas del “hilo conductor” de tus
acontecimientos. Todo te va sucediendo para bien, aunque de por medio hayan
lágrimas, derrotas, o acciones disciplinarias de su parte. El apóstol Pablo lo
expresa en la carta a los romanos:
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan a bien...” Romanos 8:28.
Cuando tienes la disposición y la determinación de
renunciar a tus proyectos para someterte a los proyectos de Dios, entonces sus
propósitos perfectos y soberanos se derraman en tu vida.
No puedo dejar de testificar como hasta en los mínimos
detalles de mi vida la intervención de Dios ha sido una realidad innegable.
Sería insensato de mi parte decir que todo ha sido por pura suerte o
casualidad.
LA “SUERTE” NO EXISTE.
Doy fe de ello...
Lo he comprobado...
No hay día en que no vea la intervención de Dios obrando
en medio de mis acontecimientos inesperados y perfectamente sincronizados.
Nada
menos una hora antes de escribir esta reflexión pude comprobarlo.
He llegado a comprender que detrás de cada
acontecimiento vivido sea agradable o no, lógico o ilógico, está presente la
acción soberana de Dios. Esto me lleva a agradecerle por todo lo que permite en
mi vida y al mismo tiempo me llena de paz saber que no estoy solo en medio de
las tormentas de la vida y en el cumplimiento de la misión que me ha sido
encomendada en la tierra.
Así que no te angusties si el curso de “tus” planes da
un giro repentino y radical. Dios tiene el control de todo y sabe por dónde te
lleva. Eso ni lo dudes...
Pon en práctica lo que recomienda el salmista:
“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él
hará”.
Los Pastores Manuel Y Marina
0 comentarios:
Publicar un comentario