¡PACIENCIA!.
Tu oración a Dios no ha pasado desapercibida.
Todas tus peticiones están presentes ante el trono de Gracia. Ninguna ha pasado
por alto. Dios es testigo de todo cuanto le has dicho. Esas palabras que acabas de decirle han sido
escuchadas con claridad. No dudes más, cree y espera.
¡PACIENCIA!.
Dios no permanece indiferente ante las amenazas y
peligros que ahora te envuelven. Necesitas recordar ahora que todo va
encaminado hacia los propósitos eternos que él trazó para ti desde antes que
nacieras. Hasta hoy te ha preservado fielmente en medio de situaciones que ni siquiera
imaginas, has tenido su protección, respaldo y provisión.
¡PACIENCIA!.
Lo que Dios te prometió lo hará realidad aunque
todo lo tengas en contra. Él sabe cómo procederá, en que momento y lugar
intervendrá. Todo lo tiene perfectamente sincronizado; “eso” que ahora te
sucede es parte de su propósito final. Dios no miente y lo prometido lo
cumplirá “sea como sea”.
¡PACIENCIA!.
Dios te hará “retoñar” aun desde la rama más seca
e improductiva, te hará “retoñar” desde cero posibilidades; te abrirá caminos
de donde no los hay. Todo será
transformado para bien y de manera radical.
¡PACIENCIA!.
Dios tiene el control de lo que te acontece ahora.
Refúgiate bajo sus alas y bajo su soberanía perfecta. Nada te está sucediendo
por suerte en estos momentos. Absolutamente nada. Incluso, no es casualidad que él haya
permitido que estas líneas estén ante ti para recordártelo en este momento.
¡PACIENCIA!.
Pronto, todas tus cosas cobrarán sentido. Entenderás porque fue necesario que
sucedieran de esa manera tan “inaceptable” para ti.
¡PACIENCIA!.
Espera creyéndole a Dios contra todo pronóstico.
Espera gozándote en Dios; que tú gozo no esté
limitado a las circunstancias presentes.
Espera en paz, sin angustias.
Dios sabe lo que hace contigo.
Espera en Dios dándole gracias por todo lo que ya
comenzó a hacer.
Estás bajo sus soberanos procesos.
Los Pastores Manuel y Marina