domingo, 15 de noviembre de 2015

PACIENCIA FALTA POCO.




¡PACIENCIA!.
Tu oración a Dios no ha pasado desapercibida. Todas tus peticiones están presentes ante el trono de Gracia. Ninguna ha pasado por alto. Dios es testigo de todo cuanto le has dicho.   Esas palabras que acabas de decirle han sido escuchadas con claridad. No dudes más, cree y espera.

¡PACIENCIA!.
Dios no permanece indiferente ante las amenazas y peligros que ahora te envuelven. Necesitas recordar ahora que todo va encaminado hacia los propósitos eternos que él trazó para ti desde antes que nacieras. Hasta hoy te ha preservado fielmente en medio de situaciones que ni siquiera imaginas, has tenido su protección, respaldo y provisión.

¡PACIENCIA!.
Lo que Dios te prometió lo hará realidad aunque todo lo tengas en contra. Él sabe cómo procederá, en que momento y lugar intervendrá. Todo lo tiene perfectamente sincronizado; “eso” que ahora te sucede es parte de su propósito final. Dios no miente y lo prometido lo cumplirá “sea como sea”.

¡PACIENCIA!. 
Dios te hará “retoñar” aun desde la rama más seca e improductiva, te hará “retoñar” desde cero posibilidades; te abrirá caminos de donde no los hay.   Todo será transformado para bien y de manera radical.

¡PACIENCIA!.
Dios tiene el control de lo que te acontece ahora. Refúgiate bajo sus alas y bajo su soberanía perfecta. Nada te está sucediendo por suerte en estos momentos. Absolutamente nada.  Incluso, no es casualidad que él haya permitido que estas líneas estén ante ti para recordártelo en este momento.

¡PACIENCIA!.
Pronto, todas tus cosas cobrarán sentido.   Entenderás porque fue necesario que sucedieran de esa manera tan “inaceptable” para ti.

¡PACIENCIA!. 
Espera creyéndole a Dios contra todo pronóstico.
Espera gozándote en Dios; que tú gozo no esté limitado a las circunstancias presentes.
Espera en paz, sin angustias.
Dios sabe lo que hace contigo.
Espera en Dios dándole gracias por todo lo que ya comenzó a hacer.  
Estás bajo sus soberanos procesos.


Los Pastores Manuel y Marina

lunes, 9 de noviembre de 2015

La exposición de tus palabras ALUMBRA; hace entender a los simples



Necesitamos “enraizarnos” en la Palabra de Dios; para ello es importante “labrar” constantemente nuestra mente para que su semilla germine de manera  sobrenatural y la sature al grado tal que obtengamos convicciones firmes en su contenido. Es la única forma de lograrlo. Necesitamos exponernos al contenido de la Palabra de Dios para que su luz nos invada, y así, al igual que el salmista podamos exclamar:

“La exposición de tus palabras ALUMBRA; hace entender a los simples”. Salmo 119:130.

Al estar enraizados en la Palabra de Dios será imposible que nos echemos a perder, pues reflejaremos espontáneamente sus principios aunque nadie los tome en cuenta, testificaremos con convicción y valentía de su contenido, no le temeremos a las circunstancias porque sabremos que la cobertura del Altísimo nos estará guardando siempre y finalmente, habremos vivido para el propósito por el cual Dios nos permitió nacer.
Dedica tiempo para la reflexión bíblica en un clima de oración diaria y perseverante.   Verás la gran diferencia.


Los Pastores Manuel  y Marina

martes, 3 de noviembre de 2015

DE LO RECIBIDO DE TU MANO DIOS



Dios es tu Padre. Él sabe lo que necesitas para cumplir con la misión que te ha encomendado. Además conoce tus necesidades básicas y las de tu familia.
  “vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” Mateo 6:8. 
Dios camina contigo en medio de tu peregrinar sobre la tierra.  Él te lo ha prometido; y aunque andes en áridos y solitarios desiertos su provisión será siempre oportuna y directa.
 “Jehová es mi pastor; nada me faltará.   Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” Salmo 23:1,4.
Dios da la orden para que todo lo necesario llegue a tus manos.   Nada te llega por casualidad. Ver ejemplo en 1 Reyes 17:1-16.   Dios es la fuente de tus bendiciones.   No son las personas en sí, ellas son los medios que él emplea para tal propósito. 
Conságrale a Dios todo lo que has recibido.   Conságraselo para sus propósitos santos; y procede con convicción, sabiduría, autenticidad, abnegación, generosidad y perseverancia.
“Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”   1 Crónicas 29:14. 
 No eches a perder lo que Dios te dé, que todo sea canalizado de acuerdo a sus propósitos.


Los Pastores Manuel y Marina