Dios cumplirá en ti sus propósitos eternos, así lo ha
determinado. Todo lo que te ha sucedido, sucede y sucederá va encaminado a
ello; ahora estás en el proceso, el cual sólo lo podrás discernir con la ayuda
del Espíritu Santo.
Dios en su Palabra te garantiza que no te echarás a perder.
Ha prometido preservarte por toda la eternidad, ya que sus promesas van más
allá de lo temporal y terrenal; su realidad infinita, incomprensible, poderosa
y soberana te envuelve siempre. No lo
entiendes, pero así es. Con Dios jamás
conocerás la frustración. “Conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán
los que esperan en mi.” Isaías 49:23.
Aunque sientas que todos te olvidan, Dios no lo hace jamás. “Yo nunca me olvidaré de ti.” Isaías
49:15. Arraiga tu esperanza en él; jamás
lo hagas en las personas, en las cosas o las circunstancias.
(Ya comprobaste que de nada te sirvió).
Dedica buena parte de tu tiempo para reflexionar en su
Palabra, su Espíritu te dará la capacidad para digerirla y ver tus
circunstancias de acuerdo a su perspectiva; te dará la capacidad para
obedecerle, servirle con espontaneidad,
vencer toda tentación y perseverar en tu vida cristiana. Entenderás entonces que tu vida SÍ tiene
sentido.
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