Es mi deber no callar ante lo que Dios me ha hecho discernir
al reflexionar en su Palabra. La verdad es que no se puede “tapar el sol con un
dedo” ante las diversas circunstancias por las que ahora el mundo está
atravesando en el ámbito político, social, religioso, económico, moral y
familiar. Al hacer un análisis de cada área, nos damos cuenta que todo va
encaminado a un colapso de grandes dimensiones.
Obviamente que a nadie le gusta que se les expongan estas
verdades que están a la vista de todos; sin embargo es necesario hacerlo. Entiéndase
que no se trata de presentar una visión pesimista o fatalista de las cosas,
sino simplemente de “retratar la realidad” tal y como es; y no como una
realidad idealizada. Estamos viviendo en medio de un constante ambiente
amenazador y peligroso como consecuencia de la maldad en todas sus facetas; un
ambiente en el que da la impresión en el que nos estamos quedando a la deriva
en medio de una furiosa tempestad. Es necesario saber qué es lo que Dios está
queriendo comunicar al mundo. No hay duda, que a medida que el regreso de
nuestro Señor Jesucristo se acerque, la tempestad se irá acrecentando
notablemente. Sin embargo, esta es la Palabra directa que Dios te dice ahora:
“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo
también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo
entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” Apocalipsis 3:10
En medio del caos reinante Dios será tu paz, seguridad y
provisión. Nada te faltará independientemente a las circunstancias que se te
presenten. Tu bienestar no dependerá de las cosas temporales, dependerá de
Dios.
Podrás entonces con toda confianza enfocarte en la misión
encomendada con Dios que consiste en proyectar su LUZ en medio de las tinieblas
circundantes. Enfocarte en tu misión sin temor a quedar fuera de su cobertura.
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová
es la fortaleza de mi vida; Salmo 27:1
LOS PASTORES MANUEL Y MARINA
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