Durante un avivamiento en mi iglesia, Dios me hizo entender las afirmaciones de Jesús: «Separados de mí nada podéis hacer». Siempre me he inclinado a pensar: «Separado de Dios puedo hacer solamente algunas cosas». He reconocido rápidamente mi necesidad de Él para hacer «mucho más abundantemente de lo que pedimos o deseamos», pero he creído que puedo hacer solo las cosas que no eran tan grandes. No es así. He aprendido que no puedo «volar solo» en mi mundo nunca más. Sea que el tiempo esté calmado y los cielos azules, siempre debo mantenerme en contacto con Cristo.
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