Has comprobado a lo largo de todo este tiempo, como Dios te ha hablado directamente al reflexionar en su Palabra. Lo ha hecho de una manera tan evidente, puntual y detallada, que no has dudado de su veracidad.
La Palabra de Dios, siempre te ha llegado en el momento oportuno; y el resultado ha sido evidente, pues tu fe se ha fortalecido.
Ahora le crees a Dios.
Ahora sabes, que aunque el panorama a tu alrededor sea extremadamente difícil, tu confianza está arraigada en sus promesas. No miras las circunstancias, sino que miras el poder y la fidelidad de Dios obrando sobre todas ellas.
Sabes que aunque todo esté al revés a tu alrededor, lo que Dios te ha dicho será realidad.
Todas las promesas de Dios son totalmente garantizadas a tu favor.
Ahora que la Palabra de Dios ha quedado profundamente arraigada en tu interior, deja que sus raíces sigan creciendo y fortaleciéndose.
Por nada del mundo dejes de abrir sus páginas cada día y deja que su acción penetre hasta lo más profundo de tu ser.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Hebreos 4:12
Es necesario que siempre atiendas y retengas la palabra de Dios en tu interior.
Mientras más arraigadas sean tus convicciones, mayor conciencia tendrás de la realidad de Dios, de tu identidad espiritual, de tu misión sobre la tierra y de tu destino eterno.
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