Imagínese que los discípulos hubiesen tomado un curso por correspondencia, ellos se lo hubiesen enviado al Mesías para que Él les enviase la nota con los resultados, luego se hubiesen graduado y les hubiese llegado el diploma. Bueno, eso hubiese sido imposible. Es más, les era necesario dejar la casa para convertirse en discípulos. Tenían que ir por los caminos y vivir con el Mesías por tres años. ¿Por qué? Porque la mayoría de las lecciones no podían darse por escrito. Algunas de las lecciones del Mesías están escritas, pero la mayoría se consiguen actuando, viendo, y estando en Su presencia. Así es. Cuando el Mesías estaba con los discípulos, cuando Él entraba en una casa, cuando estaba gozoso, cuando hacía milagros, cuando se quedaba despierto en el jardín o se dormía en la barca, todo esto eran lecciones sin palabras.
Si usted es un discípulo, tiene que estar con Él. Cuando el Sanedrín miró a los discípulos, los reconoció como que habían estado con el Mesías. Usted también debe pasar tiempo con Él, aprender de Él, estar cerca de Él, escucharlo y seguirlo. El Sanedrín vio que los discípulos hablaban con autoridad, porque estaban con Jesús, Yeshua -ésa es la marca del discípulo. Haga lo mismo, así la gente lo verá y dirá: "Este ha estado con el Mesías.”
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