Fíjate bien. A lo largo de tu
vida sucedieron ciertas “casualidades”.
Sin embargo, con el paso del tiempo comprobaste que NO fueron simples
sucesos aislados, sino intervenciones oportunas de Dios. Sin duda, todo funcionando con una sincronía
perfecta en el lugar correcto y en el tiempo exacto. ¡Acuérdate!
Ciertamente, Dios cuida de ti.
Así como en aquellas
circunstancias específicas del pasado, de igual manera Dios procederá esta vez.
(Mejor dicho, sin que te percates, ya está procediendo.)
Dios tiene un “cuidado
milimétrico” de todos tus asuntos, aun de aquellos que pasan inadvertidos para
ti. Él se encargará de tu caso; te lo promete ahora: “Y tu pleito yo lo
defenderé. ” Isaías 49:25.
Deja de afanarte en aquello que
no puedes hacer, ¡Descansa! No te
desesperes si no ves nada claro, pues es parte del proceso por el que te es
necesario pasar. “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna
en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” 1 Pedro 5:10.
Ciertamente, Dios cuida de ti.
Justamente ahora, es él quien
va delante de ti derribando a todo oponente que quiere dañarte y todo obstáculo
que te impide pasar. Repentinamente derribará ese “calabozo” oscuro dentro del
cual que no ves ninguna esperanza. Te
abrirá las puertas cuando menos lo esperes. Te pondrá personas que te ayuden a
salir adelante... Se valdrá de
circunstancias providenciales que no tienen nada que ver contigo. ¡Él se
encargará de todo! Su palabra te lo
confirma ahora: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” Éxodo
33:14.
También te dice: “No temas. Porque
yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal” Hechos
18:9-10. No es casualidad que precisamente hoy, hayas recibido esta promesa
oportuna del Señor, quien con su presencia activa y constante te
acompañará. No te angusties por lo que
veas y oigas, aunque pase lo que pase a tu alrededor.
Mientras vivas en la tierra las
pruebas no faltarán, pero siempre en medio de ellas contarás con el auxilio
inesperado y oportuno de Dios. Eso, ni dudarlo. “En el mundo tendréis
aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33.
Ciertamente, Dios cuida de ti.
El hecho de saberlo debe ser un
estímulo para esforzarte en lo que está a tu alcance hacer, sabiendo que
contarás con su respaldo total en aquellas cosas que son imposibles de
resolver. “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni
desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué
1:9.
¿En qué necesitas esforzarte
entonces?
Siendo responsable y diligente
en tus actividades diarias; dando siempre lo mejor de ti.
Apartándote de todo lo malo; de
aquello que sabes que está en contra de los lineamientos que Dios ha dejado
establecidos en su Palabra.
Perseverando en la oración con
fe y gozo aunque no veas ni un tan solo rayo de esperanza a tu alrededor.
Alimentándote del “pan” de la Palabra de Dios para que
obtengas el conocimiento y la fortaleza que necesitas en tu peregrinar.
Difundiendo la Palabra de Dios
con los medios que tienes a tu alcance; no olvides que ese es el propósito
fundamental por el que vives.
M.R