¡Oscuridad total!
Sin un rayo de
esperanza.
¡Obstáculos
inamovibles!
Puertas selladas.
Han pasado los años y
todo sigue igual.
Ya te acostumbraste a
pensar que “así” será.
Pero hoy.
En medio de este “oscuro calabozo” has escuchado la
insistente voz de Dios que te anima a recordar y a confiar en sus promesas.
Con todo lo que te ha pasado, Dios te está enseñando a NO
poner la mirada en las circunstancias, sino a enfocarla más allá de ellas.
Te está enseñando a creerle y a esperar en
él aunque no veas nada favorable.
Te está enseñando a no temer a lo que todos temen.
Lo que Dios te sigue prometiendo.
“No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te
anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador.” Isaías
43:1-3
Lo que Dios te ha preparado supera los límites de toda
especulación lógica.
Lo que ahora te mantiene atado será desatado.
Los caminos cerrados e intransitables serán abiertos.
Todo coincidirá en el lugar preciso.
Todo coincidirá en el tiempo exacto.
La solución que esperas vendrá del cielo, NO de la tierra.
La solución que esperas vendrá de Dios, el creador del
universo.
Siempre tendrás el auxilio oportuno de Dios.
Siempre!
No tengas miedo.
Nadie podrá estorbar lo que Dios hará.
Lo que creías perdido se recuperará.
¿Hay posibilidades?
¡Sí las hay!
¡Dios obrará con
Poder.
¡Cree! ¡Espera!
Mantén encendida la luz de tu fe y esperanza aunque los
vientos contrarios amenacen apagarla.
“No temas, porque yo estoy contigo” Isaías 43:5
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