jueves, 22 de febrero de 2018

¿QUE HACER EN MEDIO DE ESTA PESADILLA?






Has estado orando “infructuosamente” a Dios para que te saque de “esa situación” tan agotadora y estresante; pero tal parece que todo sigue igual, todo permanece “fuera de lugar” y convertido en un caos desolador e irreversible.
¡Una verdadera pesadilla de la que anhelas despertar ahora!
Humanamente hablando, no hay más que hacer.   
Las lágrimas han inundado tu almohada durante oscuras e interminables noches, pero ya no hay perspectivas favorables. (Tú sabes de qué se trata.)
Le has creído a Dios, has dado los pasos de fe necesarios y continúas orando insistentemente.
Pero entonces,
¿Qué sucede?
¿Qué pasa?
Estás en medio de un proceso formativo en el que Dios te está enseñando a fortalecer tu fe, te está enseñando a esperar en él aunque el tiempo haya transcurrido más allá de sus límites, te está enseñando a gozarte en él independientemente a toda circunstancia.

Es ahora, en medio de “esas circunstancias” cuando debes de “levantar los ojos al cielo”; ver con los “ojos de la fe”, ver más allá de los nubarrones oscuros y de los áridos desiertos que te envuelven.
Esta mañana leía en el devocional de “El Pan Diario” (Edición 2018), el siguiente texto: “Nuestros problemas son oportunidades para encontrar las soluciones de Dios”.    
¡Qué gran enseñanza!
¿QUE HACER EN MEDIO DE ESTA PESADILLA?
Reflexionar constantemente en la Palabra de Dios.    
Verás que siempre te dará el consejo oportuno que necesites recibir; eso revitalizará enormemente tu fe, alimentará tu esperanza y tu corazón se llenará de gozo indescriptible.
Orar sin cesar.    
La oración te dará la capacidad para discernir la Palabra de Dios y te dará las fuerzas necesarias para soportar las noches oscuras y tormentosas que te envuelven.
Acordarte de todas las intervenciones pasadas de Dios.    
Tienes motivos suficientes para recordar aquellos momentos  milagrosos en los que Dios intervino a tu favor cuando nada se podía hacer. Así como lo hizo en el pasado, así lo hará nuevamente.   
 ¡En su tiempo!    
¡Con sus métodos!
Mirar hacia adelante.    
Enfócate más allá de todos los obstáculos gigantes e impenetrables que te esperan en el camino; en el momento menos pensado, todas las puertas que se mantienen cerradas se abrirán de par en par.
Creer que Dios cumplirá sus propósitos en ti.    
Ten la firme convicción de que él “se toma su tiempo” para que tu vida sea reorientada hacia sus propósitos originales;  y aunque nada comprendas ahora y nada aceptes, cree que Dios no te defraudará.   
 ¡Él sabe cómo hace y procede contigo!

Pastor Manuel R

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