Cumplir con la voluntad de Dios, es reflejar con espontaneidad
una vida apegada a las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo; es dar un giro
radical de conducta.
Cumplir con la voluntad de Dios, es proceder con convicciones
firmes en sus lineamientos, aun teniéndolo todo en contra.
Cumplir con la voluntad de Dios, es hacerlo todo por él para
él.
"Lo que tengan que hacer, háganlo de corazón, como
sirviendo al Señor". (Col. 3;23)
Cumplir con la voluntad de Dios, es buscar el bien del
prójimo.
"Bienaventurado el que piensa en el pobre". (Salmo
41;1)
"Más bienaventurado es dar que recibir". (Hech 20;
35)
Dediquemos tiempo para reflexionar en las enseñanzas de
nuestro Señor Jesucristo; para pedirle que su Espíritu nos instruya y produzca
en nuestro interior cambios radicales que nos impulsen a reflejarlas en medio
de toda circunstancia.
Siempre que nos dispongamos a reflexionar en sus enseñanzas,
nos recordará lo que en ese momento necesitamos reforzar y no descuidar.
Así nos lo confirma.
"Te instruiré, te señalaré el camino que debes seguir; te
aconsejaré con mis ojos puestos en ti". (Salmo 32,8)
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