Dios le habló a Jacob en un sueño y le dijo: “Yo estoy contigo y te guardaré dondequiera que vayas”. Jacob reaccionó al sueño dándole importancia al lugar donde sucedió. Le puso a ese lugar el nombre de “Beit El,” que significa “Casa de Dios.” De alguna manera Jacob herró al blanco. Lo importante no era el lugar donde tuvo el sueño. Lo importante era que Dios estaría siempre con Jacob en cualquier lugar donde estuviese.
La promesa que Dios le ha dado a usted es que Él estará con usted donde quiera que vaya. Dios está ahí cuando usted lo adora en Su casa. De la misma manera, Él está con usted en el estacionamiento de autos o cuando entra en su casa. Él está ahí cuando usted anda por las alturas, y también cuando baja al valle, en los buenos momentos y también en los malos, cuando está muy consagrado y cuando está caído. Así que no medite en su situación, en cómo están los asuntos, o cómo usted se siente. Lo importante no es donde usted está. Lo importante es Quién está con usted. Gócese en esto. Él no es el Dios de "donde" sino el Dios de "dondequiera".
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