Acuérdate de los acontecimientos que viviste en el pasado de aquellos en los que estuviste a punto de
echarte a perder de aquellos que como mar embravecido arreciaron en tu contra;
sin embargo, de manera oportuna y milagrosa Dios intervino. No había ninguna
explicación lógica, pero sucedió. Acuérdate como Dios te sacó adelante y con la
frente en alto. Definitivamente fue
algo que recibiste sin merecerlo.
¡Cómo se fortaleció tu fe!
Así como en aquella ocasión, Dios lo hará otra vez; pero es
necesario que perseveres en la fe, persevera en la convicción que para Dios
NADA hay imposible, y que de donde hay cero posibilidades todo te lo puede
solucionar a tu favor.
Verás la luz en medio de la más densa oscuridad, tendrás
la paz que sobrepasa todo entendimiento.
Necesitas creer ahora que ninguna adversidad prevalecerá contra ti
aunque las amenazas se acentúen o sientas que te hundes para siempre.
Persevera
orando y esperando con la firme convicción que en medio de esta clase de
situaciones la soberanía y el poder de Dios se harán realidad. No te angusties,
pues tendrás su ayuda directa, milagrosa y oportuna. Será por su Gracia y su
Misericordia.
Así como en aquella ocasión, recibirás bendiciones que NO
mereces y serás librado/a del juicio que en realidad SI mereces. Solamente cree
y da los pasos de fe que Dios te está demandando ahora.
Así como en aquella ocasión. Dios te defenderá.
Los Pastores Manuel y Marina
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