Dios no te olvida, jamás lo hará; Él mismo te
lo promete ahora: “Yo nunca me olvidaré de ti” Isaías 49:15. Su atención sobre
todos tus acontecimientos se mantiene activa.
Estás bajo su cobertura total; recuerda lo que dice el Salmo 91 al
respecto: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del
Omnipotente” Salmo 91:1. No temas, ni te
angusties; tu caso particular es conocido perfectamente por él, todo se
mantiene bajo su control absoluto.
En todo momento “verás” su poder, su
soberanía y fidelidad.
Dios ha prometido defenderte de todo lo que te
acosa y daña, alejándolo para siempre de ti, ¡Jamás te dará alcance! “Él te
librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te
cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No
temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande
en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil,
y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará” Salmo 91:3-7. Tu vida y la de tus
descendientes están garantizadas. No temas... ¡Nadie se echará a perder!
Todos comprenderán al final que Dios siempre
estuvo de tu parte (siempre lo está), aun en los momentos más oscuros y
confusos de tu vida. “Y conocerá todo hombre que yo el Dios Eterno soy Salvador
tuyo y Redentor tuyo” Isaías 49:26.
M.R
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