Dios te ha dado el privilegio, así como las
capacidades y recursos para que seas “su aroma” en el mundo. Ese es el llamado específico que has
recibido, tu vocación, el propósito fundamental por el que vives. “Os ruego que
andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados.” Efesios
4:1. Que tu presencia “en ese lugar”
sea un testimonio de olor fragante a Cristo; caso contrario no tendría ni el mínimo
sentido que estés ahí.
¡No lo olvides! Dios te ha enviado donde debes
estar, ese es el lugar que preparó específicamente para ti
desde toda la
eternidad, ese es el lugar donde debes reflejarle con tus palabras y testimonio
coherente con sus enseñanzas; sin embargo, necesitas tener presente que Satanás tiene estrategias
para sacarte de “ese lugar”...
estrategias para apagar tu lámpara...
estrategias para contaminar tu “aroma” de Cristo... estrategias para derrotarte y
destruirte. Por eso, como bien apunta el
apóstol Pedro: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como
león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.” 1 Pedro 5:8. Ante tantos planes, diversos y variados no
debes temer, pues Dios estará de tu parte para defenderte y someter a tus
oponentes “bajo sus pies”, su presencia poderosa y soberana te envuelve desde
siempre y para siempre. Nada ni nadie podrá boicotear sus propósitos eternos
para contigo. Nadie te podrá sacar de ahí por mucho que lo intente. Las puertas
las tendrás siempre abiertas. ¡Dios te lo garantiza hoy!
Solamente...
Se humilde siempre. Reconoce que en tus fuerzas y capacidades no
puedes proyectar a Cristo, a menos que recibas la capacitación sobrenatural del
Espíritu Santo.
Mantente firme en la fe y en la obediencia
incondicional a los lineamientos de la Palabra de Dios, para que el aroma de
Cristo se perciba en donde quiera que estés o vayas.
No le temas a todas las estrategias de
destrucción que ahora se están planeando o ejecutando en tu contra. No tendrán
el resultado esperado.
M.R
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