Los favores inmerecidos de Dios, su constante
compasión, su poder sobrenatural y su inescrutable soberanía han sido evidencia
contundente a lo largo de toda tu historia personal; si te pones a analizar
cada situación vivida, cada experiencia específica, incluso tantas “tormentas”
soportadas, comprenderás que su presencia activa se ha mantenido fiel.
Así como en el pasado y en el presente, de igual
manera así será con tu futuro; ahora estás en medio de un proceso en el que
Dios está operando cambios profundos y radicales en todas las áreas de tu vida
con el propósito de establecerte en su plan original.
¡No comprendes nada!
¡No aceptas nada!
¡Pero así es!
¡TODO ES PARTE DEL PROCESO!
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en
vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
Filipenses 1:6
Pídele a Dios que abra tus ojos, para que puedas
“ver” su presencia activa y continua en medio de tus acontecimientos. Necesitas
“ver” más allá del árido desierto y de la furiosa tempestad que te rodea.
Tu vida resurgirá de las cenizas, retoñará y
crecerá; Dios enderezará las consecuencias que generaste con tu necedad; PERO
es necesario que te arraigues firmemente en él en FE y OBEDIENCIA.
¡No temas!
¡Alaba a Dios por la obra portentosa que está
operando en las diversas áreas de tu vida!
“He aquí Dios es salvación mía, me aseguraré y no
temeré; porque mi fuerza y mi canción es el Dios Eterno quien ha sido salvación
para mi”
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