La mayor parte de los seres humanos tiende a
“encerrar” al universo dentro de las
“cuatro paredes” de sus sentidos, dentro de una “visión natural” que le sirve
como punto de partida para sacar sus conclusiones amoldadas a sus esquemas
mentales.
Pero más allá de las “cuatro paredes sensoriales”,
permanece desde siempre una REALIDAD INCREADA, que es la CAUSA primera del
universo.
¡El Dios Creador de los cielos y de la tierra!
El Eterno Dios, quien con solo dar una orden, sacó
TODO desde donde NADA había.
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
Génesis 1:1
Se ha comprobado científicamente que el universo
tuvo origen, tuvo un inicio; no pudo surgir de la nada.
¡De la NADA, NADA puede salir!
Si en un principio no había, ni siquiera un mínimo
fragmento de materia, necesariamente tuvo que ser traída a la existencia por
una causa NO material; y no solo eso, sino una causa con inteligencia y con
designios.
¡No por algo.
Sino por Alguien!
¡El universo es el EFECTO NATURAL que surgió desde
una CAUSA SOBRENATURAL!
¡Y esta causa, es Dios!
¿Y si no es Dios, entonces quién más podría ser?
¡Imposible ser EFECTO sin CAUSA!
Caso contrario, NADA existiera.
“Por la fe entendemos haber sido constituido el
universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que
NO se veía”.
Hebreos 11:3
Que el Espíritu Santo ilumine las mentes
encarceladas en las “rejas de sus razonamientos lógicos”, en las “rejas de las
apariencias sensoriales”.
Que la LUZ
del Espíritu Santo, abra las ventanas que obstruyen el paso de la FE.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1
LA LUZ DE LA FE
Ilumina tu mente para discernir la REVELACIÓN de
Dios escrita en la Biblia, asimilar sus enseñanzas, aplicarla ante cada
circunstancia de tu vida y difundirla hacia todos los rumbos posibles.
Te permite “ver” la REALIDAD, el PODER y la
SOBERANÍA de Dios envolviendo activamente tu realidad circundante.
Te permite comprender la razón de tu existencia
temporal sobre la tierra y vislumbrar tu destino eterno.
Te guía en medio de este mundo saturado de vanas
apariencias y de ruidos confusos.
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te
he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta
lo último de la tierra”
Pastor Manuel R
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