domingo, 9 de noviembre de 2008

" Con el Favor de Dios"


Tengo un amigo muy querido que cada vez que me despido de el y le manifiesto mi deseo de volverlo a ver pronto me responde: “Con el favor de Dios” Y yo se que no lo dice por costumbre sino por convicción de que esta frase encierra una verdad muy poderosa: Todo es posible con el favor de Dios!
Y es que el Favor de Dios es la influencia que Dios ejerce sobre los hombres y las circunstancias para abrirnos camino donde no lo hay y para destrabar las puertas que estaban cerradas para que pasemos por ellas. Es el poder de su gracia ayudándonos a alcanzar los sueños que hay en nuestro corazón.
Al escribir estas palabras no puedo evitar el pensar en lo que Dios esta haciendo en estos días: El mundo hispano esta experimentando un despertar espiritual muy importante. Por todo el continente podemos ver señales alentadoras de una revolución espiritual que esta trayendo renovación.
Como nunca antes, se esta levantando un ejercito de adoradores del Dios altísimo que están llenando las naciones con cánticos de liberación. El Espíritu Santo esta siendo derramado sobre los jóvenes y los esta haciendo profetizar. Me regocijo porque una nueva generación de “salmistas” esta siendo levantada por Dios, que sueña con ver Su Gloria!
Sin embargo, es una generación que necesita ser instruida en la importancia de vivir con el favor de Dios. Es obvio que los resultados que estamos teniendo y el fruto que estamos cosechando no son a causa de nuestros dones, capacidades o gran unción, sino que son una consecuencia directa de el derramamiento de la gracia de Dios sobre nuestras naciones. Indudablemente estamos viviendo en “el año agradable del Señor”. Y a pesar de que corporativamente estamos siendo favorecidos por Dios con este despertar, necesitamos aprender, como individuos, a vivir con el favor de Dios .
Hace unos dos meses, al estar en una reunión devocional, el Señor trajo a mi memoria un pasaje de la escritura que impresiono mi corazón:
3 No se aparten de ti la misericordia y la verdad;
átalas a tu cuello.
Escríbelas en las tablas de tu corazón,

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