lunes, 10 de noviembre de 2008

SOLO Y DESVALIDO

Es inevitable que la gente nos falle, pero si huimos de los conflictos no aprenderemos cómo perdonar o cómo ser perdonados de verdad. ¿Tiene idea de cuántos otros creyentes necesitan en la iglesia un toque de la gracia de Dios a través de usted? Ellos saben que han fallado, que han herido sentimientos y que han dicho cosas injustas. Pero cuando usted se acerca a ellas en el nombre de Jesús y dice con palabras y acciones: "Te sigo amando", experimentarán la gracia de Dios de una manera que un sermón solo no podría comunicar. Esta interacción (que pudiera parecer más fácil evitar) le fortalecerá y madurará a usted a medida que crece a la semejanza de Cristo. Cuando tratamos de vivir la vida cristiana con nuestras propias fuerzas, nos hacemos vulnerables; es por eso que Salomón escribió: "El egoísta [el que se aísla] busca su propio bien; contra todo sano juicio se rebela" (Proverbios 18:1 NVI). Cuando nos aislamos, renunciamos a relacionarnos íntimamente con otras personas que nos conocen lo suficientemente bien como para decirnos la verdad sobre nosotros mismos. Los simples conocidos no pueden ayudarnos, prevenirnos o notar si estamos alimentando un hábito, idea o plan destructivo. ¿La verdad duele? Si, algunas veces, pero también duele la cirugía que nos extirpa un tumor canceroso, el ajuste que hace volver a su sitio una coyuntura dislocada y la aplicación de una pomada antiséptica a una herida abierta. Mis debilidades no se mueven ni un milímetro en el aislamiento; de hecho, se petrifican.

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