miércoles, 12 de noviembre de 2008

“Cree, luego piensa”






Ana era una mujer que no podía tener hijos, y a causa de ello vivía muy triste, la Palabra dice que ya no comía a causa de la aflicción que sentía. Un día fue a orar delante del Señor. Mientras oraba, Elí, el sumo sacerdote la observaba. Al principio la juzgo mal, creyendo que estaba ebria, pero Ana le explicó que estaba atribulada de corazón. Entonces él le respondió: “Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho”. Después no estuvo más triste, se gozó y se alegró porque tuvo fe. (1 Samuel 1: 1-17)
Tu gozo no puede estar en función de lo que tienes o no. Sino que debe estar en función de lo que crees o no. Lo que estás creyendo que llegarás a tener debe traer el gozo a tu vida. Nuestra fe nunca puede estar en función de nuestros sentimientos y emociones.
No puedes determinar tu futuro por el estado de ánimo que tengas. No te conviertas en la clase de persona de la cual la Biblia dice que no puede ser bendecido a causa de su doble ánimo porque viene y va. (Santiago 1: 7) ¿Cómo entonces podemos llegar a alcanzar las bendiciones para nuestra vida, si lo que las alcanza es nuestra fe, y ésta se está viendo afectada por tu estado de ánimo? Dios te dio la fe y debes saberla usar.
Existen personas que todo lo quieren arreglar con oración y, aunque no lo creas, no todo se arregla orando. Hay cosas que se arreglan actuando. La otra vez me trajeron un bebé de meses para que orara por él para que no despertara en las noches. Eso no debe ser así, hay que educarlo. También hay personas que piden oración para sacar buenas notas, y eso no se consigue de esa manera, se consigue estudiando.
La Biblia en Mateo 5:38 dice: “...a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra”. La Palabra no dice que ores para que no te duela, te manda a poner voluntariamente la segunda mejía. Eso es porque al hacerlo voluntariamente, se sana la herida que llevamos en el corazón. La Palabra también dice que si te ponen a pleito quitándote la túnica, les des también la capa. (Mateo 5:40) En otras palabras quiere decir que lo que llevas por dentro a causa de la injusticia de lo que te quitaron, se arregla dando un poco más. La Biblia no manda a que busques quién ore por ti, porque esas son cosas que no se arreglan orando sino actuando.

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