Cuando alguien muere, en la cultura evangélica, uno da una elegía. La palabra “elegía” viene del griego y significa “hablar bien de alguien.” Esa palabra aparece en el Nuevo Testamento cuando dice “bienaventurado.” La palabra que se usa es elegía. Así que tenemos que bendecir con una elegía. Está escrito que en el Mesías, nosotros estamos muertos para el mundo y que el mundo está muerto para nosotros. Así que, si ese es el caso, usted debe hablar elegías. Sus enemigos son parte del mundo. El mundo de ellos está muerto para usted, así que ellos han muerto. Eso significa que ya no son más sus enemigos. Ellos han muerto. Tiene que darles una elegía. Hable bien de ellos y bendígalos.
Todas esas cosas que han sucedido en su vida, la gente que no le dieron amor, los que lo hirieron y lo rechazaron, ya no son sus enemigos, son parte del mundo. El mundo murió para usted, está muerto y ha terminado. No puede afectarlo ya – si usted no se lo permite. Así que, si ha muerto, déle una elegía, bendígalo y déle gracias. Dios hará que todas esas experiencias obren para su bien. Déle gracias a Dios por todo. Bendiga su pasado con todas sus decepciones. Bendiga todas las cosas que usted no pudo tener o que no le salieron bien, porque Dios promete que todas ellas obran para su bien. Todo comienza cuando usted es capaz de hablar bien de todo eso, cuando usted hace lo que debe hacer y da una elegía.
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