¡…Descansa...!
¡…Descansa...!
¡…Descansa...!
No te afanes por aquello que es imposible resolver o alcanzar. Tú ya hiciste todo lo que estaba bajo tus posibilidades, agotaste todos los recursos disponibles que tenías; así que ahora puedes tener la satisfacción que diste todo lo estaba de tu parte...
Lo que está fuera de tu alcance resolver, Dios lo hará.
Todo lo que Dios está permitiendo ahora es para que aprendas a depender de él aunque todo lo tengas al revés, a depender de él aunque sea muy tarde para resolver el problema, a depender de él aunque las diversas presiones te tengan entre “la espada y la pared”. Necesitas perfeccionarte por medio de las aflicciones, así como lo escribe el apóstol Pedro: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”. 1 Pedro 5:10-11. Entiende ahora que estás pasando por un proceso en el que tus
convicciones se están fortaleciendo. Necesitas llegar al punto de fe que describe Hebreos 11: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1. Es a ese grado de fe la que Dios desea que alcances, tienes que “darla a luz”, pero antes es necesario pasar por ese proceso de imposibles y dificultades. Dios te está enseñando a creerle a pesar de... a esperar a pesar de... a descansar a pesar de...
Este, y todos los días, descansa en Dios.
No te dejes dominar por el temor y la duda.
No le des rienda a tu imaginación pensando en lo que puede venir, cuando ni siquiera ha terminado este día. Al respecto nuestro Señor Jesucristo dice: “Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. Mateo 6:34.
Deja de poner atención a las palabras de desánimo que te transmiten aun las personas que te rodean. Pon atención a las palabras y las promesas que Dios te ha dado, aunque ahora no veas las condiciones favorables y literalmente todo se esté desmoronando a tu alrededor, aunque todo se esté agrietando y esté a punto de derrumbarse inevitablemente. Descansa en lo que Dios te diga, pues sus palabras oportunas te darán paz y certeza en medio de esta terrible situación. Necesitas recibir esas convicciones firmes en su Palabra y en sus promesas infalibles; necesitas que el Espíritu Santo sature tu mente para que logres discernir bajo su luz, hasta las más insignificantes casualidades o “tardanzas”. Mientras eso no suceda, no podrás descansar en Dios.
Es precisamente ahora, en estos momentos cuando debes cultivar con más intensidad tu vida espiritual por medio de la oración y la reflexión bíblica para que puedas “ver” y “escuchar” a Dios con claridad, y obtengas la paz que sobrepasa todo entendimiento. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la Paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros pensamientos y corazones en Cristo Jesús” Filipenses 4:6-7. No hay duda que ahora necesitas esa “paz a prueba de balas” por el hecho de haber recibido esa noticia desagradable que más te ha hundido.
Este, y todos los días, descansa en Dios.
Descansa en tu roca...
Descansa en tu castillo...
Descansa en tu fortaleza...
Descansa en tu escudo...
Descansa en tu alto refugio...
“Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
Salmo 18:2-3
Aunque humanamente hablando no logres digerir esta situación, entiende que Dios tiene el control aunque no lo veas así y no lo entiendas. En medio del descontrol Dios tiene el control; así como cuando los discípulos estaban en medio de la tempestad, el Señor te dice: “Animo, yo soy, no temáis” Marcos 6:50. Aunque las olas te golpeen y amenacen a hundir tu barca, Dios tiene el control. Aprende a digerir esta verdad aunque la lógica y los sentidos te muestren lo contrario. Dios está siempre a tu lado. Aunque escuches malas noticias, no temerás porque tu confianza está en tu Creador. Se trata de una confianza firme aunque la tempestad se acreciente. Es necesario que en ti se cumpla aquella palabra del Salmo 112: “No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová” Salmo 112:7. Aunque todos teman sobremanera ante lo que viene, te gozaras en tu roca, en tu castillo, en tu fortaleza, en tu escudo y en tu alto refugio. Escribe el apóstol Santiago: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” Santiago 1:2-4.
Este, y todos los días, descansa en Dios.
Lo que Dios desea que entiendas hoy, es que debes esperar en su tiempo aunque todo se esté “pudriendo” y echando a perder. Te lo ha estado confirmando una y otra vez, tú sabes cómo te lo ha estado insistiendo cada día. Abandónate bajo su soberanía, aunque no entiendas nada. Acuérdate de esta palabra: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo, echando toda ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. 1 Pedro 5:6-7. Algo muy importante que no debes de olvidar siempre: La oración y la reflexión bíblica constante para no caer en tentación, pues somos muy propensos a debilitarnos. Mira lo que dice nuestro Señor Jesucristo al respecto: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” Mateo 26:41. En estos momentos, como los de ahora, no te dejes llevar por tus impulsos, por lo que te digan otras personas o por las circunstancias; déjate llevar por lo que Dios te indique hacer, es por eso necesitarás mucha sabiduría para proceder ante cada decisión que tomes. Pídesela a Dios: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” Santiago 1:5.
Este, y todos los días, descansa en Dios.
A través de este sufrimiento insoportable y deprimente vas a cosechar bendiciones de enormes dimensiones que ahora no visualizas, así como le sucedió a Job. Al final vas a decir así: “Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti” Job 42:2... “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” Job 42:5.
Gózate por el hecho de saber que Dios está contigo ahora en medio de este desierto desolado; no tengas miedo porque su presencia eterna y soberana te envuelve. Su presencia te irá abriendo caminos siempre...
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