Cuando uno está enamorado, el amado tiene un precioso nombre. Sale de sus labios como si fuese aceite. Uno lo pronuncia, lo escribe, y hasta lo canta.El nombre es como aceite que se derrama. Cuando hay amor, en nombre es bello. El nombre de JESUS es como aceite que se derrama. Es precioso no solamente porque literalmente está relacionado con el aceite y con el Ungido, sino también porque es el nombre del Amado. Hay algo en Su nombre, Jesús, Yeshua, porque es el nombre de la Persona que nos ama con todo Su corazón y con toda Su vida, y el que también murió por nosotros. Es también el nombre de la Persona que amamos, nuestro Amado.
El mundo oye mucho sobre el nombre de Jesús, pero ve muy poco Su amor. El nombre de nuestro Amado, Jesús, debe salir de nuestro corazón y de nuestros labios, pero no solamente Su nombre, sino sobre todo Su amor. Una cosa es hablar de Jesús y pronunciar Su nombre, y otra es mostrar a los demás quién es Él y cuál es Su amor. ¿Ha estado mostrando a los demás el amor del Señor o solamente Su nombre? Muestre Su amor a los demás. Ellos también amarán Su nombre y también surgirá del fondo de sus corazones como aceite que se derrama.
Deje hoy que el amor de JESUS fluya de su corazón y de sus labios. En Su nombre, haga alguna obra de amor por alguien y dele a Él la gloria.
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