Había una vez una mujer en el Señor que no podía decir ni una palabra negativa sobre otra persona, sin importarle cuan buena o mala fuese. Un día, cuando le preguntaron qué pensaba ella sobre el diablo, se detuvo y luego contestó: “Él es muy persistente."
Eso es cierto. El diablo es persistente. Si usted quiere tener la victoria, usted necesita hacer dos cosas: Primeramente, no puede nunca bajar la guardia; debe mantenerse sobrio y alerta. Después, si su adversario está presente, usted debe ser aún más persistente. Usted puede estar de lado de la victoria, con todo el poder necesario, y perder la guerra porque no fue persistente. No basta con estar del lado ganador, hay que seguir luchando sin parar. El que se mantiene en la lucha, gana. La Palabra de Dios le dice a usted que no debe rendirse ni cansarse; porque al final obtendrá la recompensa. Así que siga adelante, siga peleando la buena batalla. Su Dios es un Dios fiel. El enemigo es siempre persistente, pero usted debe ser más persistente, y Dios será más fiel - y podrá vencer al diablo.
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