Crecemos pensando que no es bueno ser un extranjero. Pero en la Biblia, algunos de los mejores personajes fueron extranjeros. La palabra hebrea para extranjero es “ger o gare.” En Génesis 23:4, Abraham dice: “Yo soy un extranjero entre ustedes.” En Éxodo 2:21-22, Moisés nombró a sus hijo Gerson, que significa, “He sido extranjero en una tierra extraña.” En 1 Pedro, se nos llama “extranjeros en este mundo.”
El ser extranjero es poderoso ser extranjero es un llamado sagrado. Usted, que ha nacido de nuevo, ha sido llamado a ser un extranjero en este mundo. Usted debe pasar por esta vida como un turista, un extranjero para las cosas de este mundo. Cuando la gente le hable a usted de temas impuros, oscuros o amargos, responda: “no comprendo” “I don’t know", “ne comrends pas”, “no sprejen” o como sea su idioma. Cuando usted pasa por dificultades, recuerde que es un extranjero frente a sus circunstancias, y no forma parte ya del problema. Usted pertenece a un mejor lugar, al Reino de los Cielos así que practique el ministerio de ser extranjero.
Identifique algo para lo que usted debe convertirse en extranjero. Decídase hoy a alejarse de ese pecado y andar en santidad en esa parte de su vida.
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