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La Biblia nos advierte que esperemos sufrimiento y dificultades, y por otra parte se nos alienta a que nos regocijemos, seamos agradecidos y tengamos buen ánimo. ¿Cómo podemos ser victoriosos y estar bajo intensa presión al mismo tiempo? Este es un verdadero misterio. Pero la paz está disponible –aun en tiempo de tormenta.
Lamentablemente, muchos nuevos creyentes, y también algunos más viejos, no saben que habrá momentos en la vida de cada persona, cuando las circunstancias no tienen sentido. Este es un aspecto de la fe cristiana del cual no se ha dicho mucho.
La enseñanza sobre la salud y la prosperidad para los cristianos establece un nivel de expectativas que finalmente herirá y debilitará a los creyentes inestables. La verdad respecto al evangelio –de que sí sufriremos como cristianos- es muchísimo mejor.
Los cristianos se enferman y mueren, como le sucede a todo el mundo. Pierden sus empleos, como las demás personas. Y también tienen problemas dentales, sus hijos se enferman, y sufren accidentes automovilísticos. ¡Creer todo lo contrario es una trampa de la cual muchos creyentes jamás escapan! El dolor vendrá, pero debemos creer que Dios hará que todo obre para bien.
Las leyes de la física nos dicen que jamás se pierde la energía que existe en el universo. Sencillamente, se transforma de un estado o condición a otro. Así ocurre con las experiencias de los seres humanos. Nada se pierde jamás totalmente. Dios usa cada acontecimiento para cumplir sus propósitos.
Mi preocupación es que parece que muchos creyentes piensan que Dios tiene la obligación de permitirles navegar en un mar calmado, o de por lo menos darles una explicación completa (y tal vez pedirles disculpas) por las dificultades que encuentran en el camino. Nunca debemos olvidar que Él, después de todo, es Dios.
La persona que realmente cree que todos los problemas serán quitados del camino de los seguidores de Cristo, se queda sin ninguna explicación lógica cuando Dios no hace lo que ella esperaba. Pero nuestra fe no debe tambalearse si estamos conscientes que habremos de sufrir.
A pesar del ánimo que se nos da para que creamos lo contrario, aun los fieles de Dios no están inmunes al sufrimiento. Aunque Job, un hombre temeroso de Dios, de tiempos antiguos, no había hecho nada malo, en cuestión de horas sufrió una serie de pérdidas asombrosas.
Hace varios años, un tornado en Dallas, Tejas "seleccionó" el edificio de una iglesia para destruirlo. Luego se elevó de nuevo, sin causar ningún daño en el área alrededor de la iglesia. ¿Cómo explicaría usted la destrucción causada por el tornado tan selectivamente? Yo no trataría de explicarlo. Sencillamente, hay momentos cuando las cosas salen mal por razones que quizá nunca comprenderemos.
Más ejemplos de aflicciones y sufrimientos inexplicables podrían llenar los estantes de la biblioteca más grande del mundo, y cada persona sobre la faz de la tierra, podría contribuir con sus propias ilustraciones. Pero Dios continúa en control.
Así que la vida es un desafío. No hay duda de que fue diseñada de esa manera. Nunca fue el propósito de Dios que la vida cristiana fuera un paseo a través de un jardín lleno de rosas. Difícilmente alguien podría acusar a Jesús de haber mimado a sus rudos discípulos durante su ministerio en la tierra. ¿Por qué era Él tan duro con ellos? Porque Él quería que ellos confiaran en Él cuando estuvieran frente a la muerte. ¡Él sabía muy bien que ellos necesitarían de esa confianza!
Los cristianos débiles y que se han dado buena vida, no tienen la resistencia suficiente para pelear la gran batalla de la fe. Así que, de vez en cuando el Señor nos pone a hacer ejercicios espirituales con el fin de mantenernos en forma para la contienda.
Algunos quisieran hacernos creer que el Señor se apresura a actuar en el mismo momento que nos vemos frente a algún problema, para quitar de nuestro camino toda incomodidad o necesidad. Bueno, a veces Él hace justamente eso. Pero otras ocasiones no lo hacen. De cualquier manera, Él siempre está presente y tiene perfecto control de nuestras vidas.
¿Dónde está la evidencia de esa teología, que promete que Dios irá delante de nosotros con su gran escoba cósmica barriendo a un lado todas las pruebas y las incertidumbres inquietantes que pudieran haber en nuestro camino? Por lo contrario Jesús dijo a sus discípulos que debería esperar tener sufrimientos. ¿Podrá ser que nuestro Padre Celestial permite que sus hijos tengamos que luchar, para mantenernos fuertes? Creo firmemente que así es.
No se puede pasar por la vida sin dolor, lo que podemos hacer es escoger cómo usar el dolor si la vida nos lo presenta.
¡Dios les bendiga!